¡Oiiiggg fíjate tú! Ayer fue martes y trece, qué gracioso cuando esto sucede, siempre
recuerdo las nocheviejas tan estupendas que pasamos viendo a estos dos genios.
En casa era todo un acontecimiento, hasta nuestro particular
Sr. Scrooge ese día se olvidaba del mal humor.
Cuando sacaron los DVD de su trayectoria, no me pude
contener y los compré.
Pero además ayer no era un trece cualquiera ¡sino mi
santete!! Y como ya os expliqué
aquí, es el día en que tradicionalmente se
inician las navidades en casa. Es una costumbre catalana, el comenzar a decorar
las casitas el día de “Santa Lucía”, mi madre aunque es andaluza adoptó esa tradición
cuando al nacer yo, me pusieron Lucía de nombre.
Luego con mi pareja quisimos continuarla, así que llueva o
truene, el día 13 de Diciembre sacamos los adornitos de Navidad y ¡nos volvemos
locos!!
Aunque a veces sucede como este año… que al caer en día
laboral, solo nos dio tiempo de montar el belén y colgar alguna cosilla, pero
decorar el árbol que es también importante para nosotros tuvo que ser aplazado
hasta el domingo.
Tenemos este belén desde 2013 y siempre lo habíamos colocado
en una mesita auxiliar redonda, pero este año decidimos colocarlo en la balda
que hay sobre la tele ¡y nos encantó el resultado!
Como gracias a la balda disponíamos de mucho más espacio decidimos añadir árboles, animalitos, cositas que no eran precisamente de ese
juego, pero que quitando alguna cosilla daba el pego…
Entonces al Sr. Luno se le ocurrió poner bajo un árbol, a un
pirata que tenía asando pollo en una de sus estanterías.

Esa fue la parte en la que más nos divertimos, porque en ese
momento se estaba cayendo todo el rato el ángel que iba sobre el portal de
Belén (cada año pasa) y yo al ver al pirata asador de pollos bajo el árbol, caí
en la cuenta que no teníamos escena del ángel anunciador a los pastorcillos…
así que agarré al angelito y lo encaramé al árbol al grito de: “Asadooor de
pollooooos” así muy a lo muchachada nui y mi pareja que no se lo esperaba le
entró un golpe de risa… y al escuchar su risa ya no pude parar de hacer el
tonto, pues como diría mi amiga Valeria, en esos momentos entro en modo “Pucca”
y empecé a decirle que como el ángel se estaba presentando por el lado donde
el pirata tenía el parche, que no lo veía… el Sr. Luno más reía y yo más me
venía arriba, así que seguí diciendo una de tonterías… pero nos reímos tanto… y
finalmente como colofón final, coloqué por el otro lado del árbol una escalera
que teníamos por ahí descartada, entonces hice vocecitas y resoplidos como si al pobre ángel le costara subir
por ella, para anunciarse.

Viniendo al caso de “martes y trece”, esto me recuerda cuando
en el colegio mis compañeras me pedían en el vestuario antes de entrar a la
clase de gimnasia que les hiciera el “fíjate tú” de martes y trece, me hacían
repetirlo tanto… y yo amaba sus risas más que nada en el mundo.
Siento haber estado tan alejada de todo, de nuevo. Hacía mil que no actualizaba el blog y el que
me conoce sabe que si desaparezco del blog, suelo hacerlo también de mis redes
sociales, etc.
Pero a veces necesito tiempo para organizar mis ideas y
enfocar los siguientes pasos a seguir, pues hay tantas cosas que quiero hacer y
estoy cansada de que se queden en el tintero.
Prometo que pronto volveré cargada de novedades y con más
constancia... aunque creo que ya me aceptáis a estas alturas, así intermitente
como soy.
Mi amiga Mónica siempre me dice que soy su hada dragona que
aparece y desaparece, que no me preocupe que eso solo le hace verme como una
hadita de verdad, que se esfuma cuando se encienden las luces…
Pero me gustaría quedarme… a veces no sabéis cuánto.
Hasta el próximo día hermosuras, por fi pasad unas Navidades
increíbles, os necesito ahí a la vuelta.
¡Chu!