Quien me iba a decir a mí que volvería a tener a un
estupendo señor caracol en mi vida, después de mi amado Rodolfo…
El Sr. Luno llegó de la calle y puso sobre la mesa mis flores favoritas… ¡margaritas!
Mientras nos sentábamos en el sofá y le llenaba la carita de besos, vimos algo redondito…
Me acerco y cuál es mi sorpresa cuando veo a un centímetro de mi nariz ¡un caracol!
-Amor que las margaritas ¡vienen con habitante!
-A lo mejor es solo un caparazón, lo mismo y lo han
puesto de adorno...
Pero lo tocamos un poquito y dos cuernecitos se
abrieron paso ante nosotros.
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La cáscara de huevo triturada, es buena para su caparazón |
¡Bienvenido a casa Margarito!
Si aún no conoces a Roberto Rodolfo o Rodolfo Caracol para los amigos, aquí está su historia:
¡Hasta el próximo día bonit@s!